A cada nuevo ciclo temporal que iniciamos, la apuesta de las pequeñas y medianas empresas por los diferentes canales social media va perceptiblemente en aumento, como podemos confirmar en el día a día de nuestras redes sociales de referencia y preferencia. En cierto sentido, las marcas de menor tamaño siguen la estela de sus hermanas mayores y más grandes, como suele ser habitual en todo tipo de cambios, mutaciones o transformaciones de mayor o menor calado.
O sea, que todas y todos nos vamos como copiando y, por ello, acabamos interiorizando - primero - y mimetizando - después - todo aquello que vemos en quien o quienes consideramos nuestro modelo a seguir. Como si fuesen un espejo donde ver un reflejo de lo que deseamos y/o soñamos ser.
Las PYMEs ante los retos digitales
Resulta complicado referirnos a las PYMEs como un todo, ya que tras ellas podremos encontrar diferentes marcas de tamaños, capacidades y ámbitos geográficos muy diversos y procedentes de sectores tan dispares como el textil, el tecnológico, el cultural, el hostelero o los servicios a terceros del tipo que sea (formación, ocio, servicios técnicos, servicios sociosanitarios…).
Sin embargo, y de un tiempo a esta parte, en cuanto nos conectamos a nuestras redes sociales ya es muy habitual encontrarnos con el abogado del entresuelo del edificio de al lado, con nuestra tienda de moda y complementos preferida, con un estudio de arquitectura instalado en el barrio, con nuestro asesor fiscal, laboral o inmobiliario, con la tapería de la esquina o con esa clínica dental de prestigio en nuestra ciudad. Y todo esto nos parece bien y, en determinadas ocasiones, hasta de una utilidad fantástica, ¡claro que sí!
Por tanto, la idea de crear valor desde la inversión en comunicación, y siempre desde la perspectiva del márketing, para hacer rentable un proyecto empresarial y memorable a un profesional, marca o producto resulta imprescindible, pero… ¿para ello es preciso estar en todas y cada una de las redes sociales de moda y/o actualidad? Sin ninguna duda, no.
Lo que sí que se precisa, en cambio, es adecuar la apuesta por determinados canales social media a la estrategia planteada de cara a la consecución de los objetivos de marca/productos/servicios, esto es, una planificación que debe siempre mantener su preeminencia y protagonismo, como no puede ser de otra manera.
Tú a Meta y yo a TikTok. Las plataformas y sus potencialidades
Como es bien sabido, plataformas como Facebook e Instagram, a las que se ha sumado WhatsApp Business (todo el mundillo Meta), nos permiten mostrar y vender nuestros productos o servicios, bien direccionándonos a una tienda online o bien finalizando el contacto por Messenger o por Whatsapp.
El caso es que podemos crear catálogos de esos productos o servicios y etiquetarlos en nuestras publicaciones referidas a ellos para hacerlos lo más accesibles posibles a nuestros clientes potenciales. Y mola bastante, la verdad, porque la gestión de todo esto no supone, en absoluto, un gran desembolso, por lo que es útil y accesible para que todo tipo de empresas y profesionales, independientemente de su tamaño y área de influencia, puedan resultar accesibles a los 28 millones de usuarios/as de redes sociales con los que cuenta España actualmente.
Pero no todo es Meta en este asunto, por supuesto. También existen redes sociales interesantes como Youtube, Twitter - estando por ver hasta dónde la lleva su nuevo dueño y señor - o TikTok.
Acertar a la hora de iniciarnos en estos terrenos digitales implica conocer muy bien qué es lo que ofrecemos, a quién queremos llegar y dónde se encuentra ese público potencial. Youtube, por ejemplo, nos permitirá mostrar nuestros productos o servicios con todos los detalles necesarios, Instagram resultará la mar de interesante para aquellos negocios donde la imagen valga tanto o más que mil palabras, Facebook tendrá mucho interés para quien precise una importante generación de comunidad y TikTok para quien desee llegar ese público más joven que pasa una buena parte de sus horas consumiendo contenidos digitales.
Despacito y buena letra
Estar en tal o cual canal social media por estar, porque mi hijo/a, mi sobrino/a o mi cuñado/a dicen que mola y que está de moda, como ocurre en no pocas ocasiones y así se nos solicita a las agencias de comunicación y márketing demasiado a menudo, es un error que se suele pagar caro en cuanto a aumento de la inversión versus ausencia de resultados, incoherencias comunicativas, inapropiada explotación de las potencialidades de los diferentes formatos, tiempo excesivo de dedicación… en definitiva, ¡todo un mar de problemas que suele generar importantes dosis de decepción digital!
No se trata, pues, de lanzarse al todo desde la nada, ya que es recomendable dar los primeros pasos en la red o redes sociales que consideremos imprescindibles en nuestro lanzamiento para, posteriormente, ir sumando aquellas que nos aporten nuevos públicos o formatos de éxito adecuados a los objetivos planteados en nuestra estrategia.
Y llegamos al meollo de la cuestión: estrategia, planificación, herramientas, contenidos (sustancia y forma), objetivos y medición. Todo lo demás solo lleva, como os decimos, a la decepción, primero, y a la desconfianza, después, en cuanto a la utilidad de los canales digitales. Y estas sensaciones nos suenan a todas y todos, ¿verdad?
Lo que hacemos en PicNic Ideas Felices
Por todo esto que os estamos contando, y porque creemos en lo que hacemos y en el valor que puede tener para todo tipo de PYMEs, desde PicNic ponemos toda nuestra experiencia de más de diez años, así como nuestro equipo humano y profesional, al servicio de la mejor planificación y ejecución de una estrategia de márketing y comunicación pensada para profesionales y empresas y aprovechando, para ello, las potencialidades de las diferentes redes sociales con el objetivo de generar resultados rentables que permitan optimizar la inversión y alcanzar el posicionamiento y el reconocimiento deseados.
Ayudamos, pues, a nuestros clientes a diferenciarse de su competencia y a ser comercialmente más efectivos/as, y esto no es poco, ¡lo es todo!